Hay momentos en la vida en los que llegamos a
un cruce de caminos. Temerosos, confusos, sin un mapa de carreteras... las
decisiones que tomamos en esos momentos pueden decidir el resto de nuestros
días. Aunque cuando nos enfrentamos a lo desconocido, la mayoría preferimos dar
la vuelta y regresar. Pero a veces la gente sigue hacia algo mejor, algo más
allá del dolor de caminar solo y más allá del valor que se necesita para
aceptar a alguien, o para dar a alguien una segunda oportunidad. Algo que está
más allá de la callada persistencia de un sueño, porque sólo cuando te pones a
prueba, descubres quien eres de verdad, y sólo cuando te ponen a prueba,
descubres quien puedes llegar a ser. La persona que quieres ser existe en algún
lugar, más allá del trabajo duro, de la fé y de la convicción, más allá de la
angustia y del temor ante lo que nos aguarda.
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